miércoles, 1 de abril de 2020

50 Aniversario de las FPL


I.             Contexto histórico del surgimiento de las FPL

Hace cincuenta años, el Primero de abril de 1970, siete revolucionarios, encabezados por Salvador Cayetano Carpio, decidieron fundar una organización político militar, que dos años después, el 16 de agosto de 1972, se denominaría Fuerzas Populares de Liberación-FPL-Farabundo Martí, lo que fue publicado en la primera edición de El REBELDE.

El contexto del surgimiento de las FPL se remonta al hecho histórico del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, que vino a demostrar la validez de la lucha armada para derrotar a las dictaduras en América Latina. Esta situación generó una intensa lucha ideológica, teórica y práctica en el seno del Partido Comunista, entre los revolucionarios que abogaban por la lucha armada y los conservadores que optaban por la lucha electoral, como camino para generar los cambios estructurales para superar la situación de miseria en que vivía la mayoría de salvadoreños. Durante diez años, los revolucionarios trataron de enderezar la dirección del Partido Comunista, sin conseguirlo. En 1969, estalló la guerra con Honduras, lo que provocó el quiebre del Mercado Común Centroamericano y un éxodo de los salvadoreños que vivían en el país vecino, que trajo como consecuencia la agudización de la crisis económica y política en El Salvador.

Por otro lado, la dirección conservadora de dicho partido, decidió respaldar públicamente al gobierno de Sánchez Hernández en la guerra contra Honduras, convirtiéndose en el detonante para concluir que en el Partido Comunista no había posibilidad alguna de cambio, y que permanecer en él, era traicionar al pueblo, por lo que el grupo obrero encabezado por Salvador Cayetano Carpio, renunció al PCS en marzo de 1970. Junto a Carpio renunciaron el secretario General de la FUSS, José Dimas Alas y el dirigente del sindicato de la construcción, Ernesto Morales Sandoval.

II.           Surgimiento de las Fuerzas Populares de Liberación FPL Farabundo Martí

El primero de abril de 1970, después de renunciar al Partido Comunista de El Salvador, Salvador Cayetano
Carpio-Marcial, José Dimas Alas- Ramiro, Ernesto Morales Sandoval-Omar, Luis Napoleón BarahonaBenito Vivar, Salvador Moncada Seidner, Salvador Menéndez Linares y Roberto Vargas se reunieron con el propósito de crear una organización político militar con una estrategia de toma del poder para hacer los cambios revolucionarios que el país necesitaba para favorecer a las mayorías populares.
El primer Comando Central se formó en 1972, el cual fue integrado por los compañeros Salvador Cayetano Carpio como Primer Responsable, José Dimas Alas “Ramiro” que era prácticamente el segundo al mando y los Jefes de Comandos Urbanos, Ernesto Morales “Omar”, Felipe Peña “Ignacio”, “Rómulo” y “Ernesto Campos”.
Los primeros Comandos Urbanos que se integraron Fueron apoyados por compañeros que se incorporaron a los Grupos de Apoyo político-militar.  
La nueva organización, asumió desde su inicio una estrategia de Guerra Popular Prolongada –GPP, desarrollada por la organización partidaria de vanguardia, el instrumento de la lucha armada y los instrumentos de lucha política. El gran reto que se impuso ésta nueva organización fue demostrar que la lucha armada, era el único camino que le quedaba al pueblo para acceder al poder. 

III.         Las primeras acciones armadas y los primeros guerrilleros revolucionarios caídos en combate.

Consecuentes con la estrategia planteada, con los principios de ir de lo simple a lo complejo y de valerse por sus propios medios, los fundadores y sus colaboradores iniciaron este camino en condiciones muy difíciles, enfrentando la persecución de los cuerpos policiales estimulada por las delaciones de sus ex compañeros del Partido Comunista, y pronto la lucha revolucionaria se vio abonada con los primeros combatientes caídos: el primer guerrillero que honró la consigna de ¡REVOLUCIÓN O MUERTE, EL PUEBLO ARMADO VENCERA! fue Mauricio González Domínguez – Antonio, que cayó combatiendo en Los Planes de Renderos, el 4 de abril de 1971, y donde también fueron aniquilados dos guardias nacionales por el comando de Antonio. En marzo de 1972, ofrendaron sus vidas Vladimir Umaña Santamaría-Ferrum- y Sergio Orellana Acosta-Carlos. En agosto de 1972, se realizó una campaña de acciones guerrilleras con la colocación de bombas a la Embajada de Argentina en el centro de San Salvador en protesta por la masacre de Trelew, y donde se dio a conocer el nombre adoptado por la organización guerrillera en la primera edición de El Rebelde: Fuerzas Populares de Liberación FPL Farabundo Martí. En febrero de 1973 cayeron en combate José Dimas Alas-Ramiro y Ernesto Morales Sandoval-Omar; En agosto de 1974, abonaron con su sangre la lucha revolucionaria, Ernesto Ávalos-Alberto y Alejandro David Ramírez Acosta-Juan Sebastián; Felipe Peña Mendoza-Nacho y Gloria Palacios Chong cayeron combatiendo en agosto de 1975 y Clara Elizabeth Ramírez-Eva, Alejandro Solano-Chico y Andrés Torres Sánchez-Toño, en octubre de 1976.

IV.         El desarrollo de la línea política de organización popular.

Una de las fortalezas más importantes de las FPL, radicó en el estrecho vínculo social, que articuló con la construcción de una organización popular combativa.  En este marco, en julio de 1971, bajo la bandera de ANDES 21 DE JUNIO, y con el liderazgo de Mélida Anaya Montes, Mario González Medrano, Luis Armando Genovés, Inesita Dimas y Gladis Cristina Colato, el magisterio lanzó la segunda gran batalla que duró 55 días. En esta jornada de lucha fueron asesinados por los cuerpos represivos de la tiranía militar fascistoide, los maestros Buenaventura Arias y Francisco Hernández Urbina

En 1974, el sector campesino, bajo la inspiración de la Teología de la Liberación primero, y complementada con la influencia de las FPL, la Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños-FECCAS, experimentó un fortalecimiento de la organización en la zona de Aguilares, El Paisnal, Suchitoto y Cinquera, surgieron grandes líderes campesinos como el legendario Apolinario “Polín” Serrano, Patricia Puertas, Juan Méndez, Marciano Meléndez, Numas Escobar, Félix García, Cirilo García, Gabina Dubón, Juan Recinos y José López. El esfuerzo organizativo se extendió hasta el departamento de San Vicente, concentrándose en la zona de Tecoluca, donde surgió, la  Unión de Trabajadores del Campo-UTC, con destacados líderes campesinos como Pablo Anaya, Antonio Rodríguez, Alfredo Panameño, Luis Mejía, Manuel Belloso, Víctor Manuel Hernández, Leoncio Hernández, Francisca Clímaco, Nicolás Muñoz, Félix Morataya, Francisco Alfaro Sánchez, Nicolás García, Rafael y Fernando Barrera, Rosita Cornejo, Carlos Ildefonso Castillo, y el sacerdote David Rodríguez.
En el oriente del departamento de Chalatenango, la organización campesina surgió también con la UTC, donde surgieron dirigentes como el recordado y querido líder campesino Justo Mejía, la extraordinaria líder natural María Ofelia Navarrete -María Chichilco-, Ernesto Menjívar, Gerardo Dubón, Ovidio López y Facundo Guardado.

En el sector estudiantil, en la Universidad de El Salvador, las FPL promovieron en 1974, la creación de la organización Universitarios Revolucionarios 19 de Julio - UR-19, que desarrolló una intensa lucha para desplazar la influencia conservadora del Partido Comunista de la Universidad de El Salvador. Los líderes fundadores de este movimiento fueron Atilio Montalvo, Medardo González, Carlos Fonseca y Armando Flores. Con los estudiantes de secundaria, promovió el surgimiento del Movimiento Estudiantil Revolucionario de Secundaria-MERS, y su lanzamiento oficial fue en enero de 1975. Entre sus fundadores podemos mencionar a Jorge Escoto, Agustín Najarro, Dinora Martínez Tobar, Hugo Cruz, Mauricio Lizama y Walter Huguet, entre otros.

En 1975, la fuerza del movimiento estudiantil universitario logro niveles de combatividad que, para contenerlo, el gobierno recurrió nuevamente a su política criminal, masacrando el 30 de julio a un grupo de estudiantes, entre los cuales estaba Carlos Fonseca. Después de la masacre estudiantil, el 5 de agosto de 1975, cinco organizaciones ocupantes de la Catedral Metropolitana de San Salvador, constituyeron el Bloque Popular Revolucionario-BPR: FECCAS, UTC, ANDES 21 DE JUNIO, MERS y  UR-19. 

Al BPR se fueron integrando otras organizaciones como la Unión de Pobladores de Tugurios-UPT, las Fuerzas Universitarias Revolucionarias-FUR-30, el Comité Coordinador de Sindicatos-CCS y el Movimiento de la Cultura Popular-MCP, y en poco tiempo se convirtió en un poderoso frente de masas, sin precedentes en la historia de lucha popular de América Latina. La lucha campesina imprimió una nueva dinámica a las luchas populares. Las calles de San Salvador se estremecieron al escuchar las voces campesinas que reclamaban “once colones, arroz, tortillas y frijoles” en las cortas de café.  En 1976, surgió la Federación de Trabajadores del CAMPO-FTC, producto de una alianza estratégica entre la UTC y FECCAS, y su primer Secretario General fue el extraordinario líder campesino Apolinario Serrano, POLIN. 

El avance de la lucha popular tuvo como respuesta un incremento acelerado de la represión. En los años 1974 y 1975, la tiranía militar desató su política represiva contra las comunidades organizadas de la zona paracentral:  las masacres de Chinamequita, Tres Calles y La Cayetana. En ese mismo marco de represión, el 12 de marzo de 1977, fue asesinado al Padre Rutilio Grande y sus dos acompañantes. El 9 de noviembre de 1977, la Guardia Nacional, asesinó al  líder campesino de Chalatenango, Justo Mejía, Secretario General de la UTC y miembro de la Dirección Ejecutiva Nacional del BPR; el 2 de septiembre de 1978, fue asesinado por escuadrones de la muerte el dirigente obrero José Guillermo Rivas; El 26 de septiembre de 1979, fueron asesinados frente al cuartel de caballería en San Andrés, los dirigentes campesinos del BPR, Apolinario Serrano-Polín, Patricia Puertas, José López y Félix García y el 27 de noviembre de 1980,  Fueron secuestraron y asesinados los miembros del Consejo Ejecutivo del FDR, entre los asesinados se encontraban los miembros de las FPL, Juan chacón, Doroteo Hernández y Enrique Álvarez Córdova.
Debido a la represión generalizada del régimen, las organizaciones sociales fortalecieron sus estructuras de autodefensa de las masas y las milicias populares con lo que, la estratégica de GPP salió fortalecida.
  
V. La estrategia de guerra popular incrementó la lucha popular urbana
La política criminal de la tiranía militar, lejos de contener la lucha, la incrementó. El 10 de noviembre de 1977, el BPR realizó una de las acciones combativas de masas más audaces de la lucha popular en El Salvador; la acción consistió en la toma de las instalaciones del Ministerio de Trabajo, retuvieron al Ministro de Trabajo y al Ministro de Economía, como garantía para la seguridad de los participantes y para negociar las demandas planteadas. El 12 de ese mismo mes fueron desalojadas las instalaciones, después de lograr una gran victoria, al ser aceptadas las demandas de los ocupantes del ministerio.
A partir de esa acción heroica, la lucha se incrementó con huelgas obreras conducidas por el Comité coordinador de Sindicatos José Guillermo Rivas, tomas de tierra, tomas de embajadas y Catedral Metropolitana, movilizaciones, culminando con la jornada MAYO HEROICO, por la libertad de los presos políticos, lo que puso al régimen en una profunda crisis, que quiso superar con un golpe de Estado en octubre de 1979.
VI.         La estrategia contrainsurgente de “quitarle el agua al pez”.

La junta de gobierno surgida del golpe de Estado, comenzó a implementar la política de asesinatos masivos en las ciudades y de tierra arrasada en el campo, en el marco de la estrategia de quitarle el agua al pez, que consistía en acciones de exterminio de comunidades enteras, como un método para eliminar a la población de las zonas rurales para frenar la organización popular. Es en este contexto que el ejército ejecutó en Chalatenango las matanzas del río Sumpul en 1980, donde fueron asesinadas más de 600 personas de la población civil, las masacres de Nueva Trinidad, El Higueral y la de la guinda de mayo en Chaltenango; la de Tenango y Guadalupe, Copapayo en Cuscatlán; la del Rio Lempa y Santa Cruz en Cabañas; la de la Campana y La Pita, Llano de la Raya, Las Milpas, El Calabozo, Rio Guajoyo, El Aceituno, el Masacrón y el Botadero en San Vicente; la de Rio El Cumbo y El Pajal en La Paz y la del Aceituno en Usuluán, entre muchas más que se dieron en todo el país. 

VII.       La nueva etapa de la guerra.

Pero la política criminal del régimen, no contuvo la lucha del pueblo. En 1980, las FPL y otras tres organizaciones político-militares y un partido político, decidieron conformar el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional-FMLN. Por su parte las organizaciones populares conformaron la Coordinadora Revolucionaria de masas.

El 10 de enero de 1981, el FMLN paso a superiores niveles de la guerra, con una ofensiva militar en todo el país y atacó varios cuarteles y puestos militares. Las FPL participaron con sus fuerzas militares en el gran San Salvador, Chalatenango, Cabañas, Cuscatlán, La Paz, San Vicente, Usulután, y Santa Ana. sin embargo, las expectativas no se lograron, pero abrió espacios para el surgimiento de las zonas de control revolucionario, donde las FPL quedaron posesionadas con sus fuerzas militares en el nororiente de Chalatenango, el Frente Norte Apolinario Serrano, considerada la retaguardia estratégica; en Cabañas, Cuscatlán y norte de San Salvador, Frente Central Felipe Peña Mendoza; en la zona metropolitana del gran San Salvador, Frente Clara Elizabeth Ramírez; en La Paz y San Vicente, Frente Paracentral José Roberto Sabrían; en Usulután, Frente Oriental Isaac Aguilar Flor y en el oriente de San Ana, el Frente Occidental Feliciano Ama.

El 15 de octubre de 1981, mientras se desarrollaba un operativo enemigo en La Montañona, Chalatenango, las fuerzas guerrilleras de las FPL dinamitaron el Puente de Oro, dejando incomunicada la parte occidental y central, con la zona suroriental del país. Cinco días después, el régimen duartista inició un operativo militar de tierra arrasada para castigar a la población civil en La Quesera, en los alrededores del destruido Puente de Oro.

Por otro lado, la brutal represión del régimen llenó las cárceles salvadoreñas de presos políticos-Santa Tecla, Cárcel de Mujeres-, los que, posteriormente se organizaron y formaron el Comité de Presos Políticos de El Salvador-COPPES, al que llamaron el “Quinto Frente”. Esta situación provocó en 1981, el surgimiento del Comité Pro Libertad de Presos, Desaparecidos y Asesinados Políticos, que posteriormente, en 1983, adoptó el nombre de Comité de Familiares Pro Libertad de Presos y Desaparecidos Políticos de El SalvadorCODEFAM Marianela García Villas.

Una estrategia que fortaleció la lucha popular fue la acción político diplomática y de solidaridad en el exterior, las FPL tejieron una amplia red de solidaridad en los Estados Unidos que promovió la creación de CISPES, respaldaba campañas de donaciones para ayuda humanitaria de NEST, MEDICAL AID y SHARE y la creación del movimiento santuario donde participó el sacerdote Trinidad de Jesús Nieto, para proteger indocumentados que llegaban huyendo del terror de la tiranía militar en El Salvador. A nivel de solidaridad las FPL desarrollaron un amplio trabajo también en Europa. En el campo diplomático, las FPL tenía a Rafael Moreno como observador en la ONU, en representación del Servicio Universitario Mundial-SUM.

En enero de 1982, las FPL iniciaron la campaña de limpieza de puestos y posiciones militares del enemigo para ampliar las zonas de control revolucionario que culminó con el ataque de aniquilamiento y requisa al cuartel modelo de la contrainsurgencia en El Salvador, la Cuarta Brigada de Infantería, ubicada en El Paraíso, Chalatenango. Esta fulminante operación, fue la más grande y exitosa realizada en toda la guerra. Con esta campaña exitosa, la FPL tomaron control de gran parte del territorio en el oriente de Chalatenango, Cabañas, Cuscatlán, San Vicente, La Paz y Usulután.

VIII. La Ofensiva hasta el tope y Los Acuerdos de Paz

A principios de 1988 se inició la más grande operación logística que aseguró el traslado de gran cantidad de armamento hacia las zonas de control de las FPL en los frentes de guerra, que vino a fortalecer aún más el accionar guerrillero. En diciembre de 1988, se realizó en la Plaza de San José Las Flores, una imponente parada militar, donde participaron alrededor de mil combatientes guerrilleros de las FPL, donde el Comandante Dimas Rodríguez pronunció una arenga militar, con el propósito de elevar la moral de los combatientes y de la población civil de la retaguardia estratégica de las FPL en Chalatenango, de cara a la preparación de la ofensiva estratégica.

En julio de 1989, antes de la ofensiva de noviembre, los Comandos del Norte, presentados por el COPREFA como invencibles incursionaron en las zonas de control de las FPL, donde la guerrilla aniquiló al grueso de las tropas y pusieron en estampida el resto, por lomas y veredas, hacia la cabecera departamental. Fue el fin de los invencibles Comandos del Norte.

El 11 de noviembre de 1989, a las ocho de la noche, el FMLN inició la mayor ofensiva militar de toda la guerra. Las FPL atacaron posiciones enemigas en San Salvador y los cuarteles de Zacatecoluca, San Vicente y posiciones militares en los departamentos de Chalatenango; el 21 de noviembre, las Fuerzas Especiales Selectas de las FPL, junto a comandos urbanos del ERP y las FAL, se tomaron el Hotel Sheraton, donde quedaron atrapados, doce asesores militares gringos y el Secretario General de la OEA, Joao Baena Soares.. El mando guerrillero organizó la evacuación de todos los que estaban atrapados en el hotel.

Después de la toma del Sheraton, las fuerzas guerrilleras de las FPL se retiraron a las faldas del volcán  Quezaltepeque, también conocido como volcán de San Salvador, con la idea de reorganizar una nueva entrada a San Salvador, pero lamentablemente, mientras estaban en las faldas del volcán, una bala disparada por un avión A-37 terminó con la vida del Comandante Dimas Rodríguez.  Dimas Rodríguez, cuyo nombre era Nicolás Hernán Solórzano, fue el más grande estratega político militar de las FPL, durante la Guerra Popular que inició en la década de los 70 y culminó en 1992 con los Acuerdos de Paz.
  
El 11 de abril de 1990, las FPL sufrieron otro sensible golpe, cuando el mando de la Sub Zona Uno de Chalatenango fue emboscado por soldados del Batallón Atlactatl en el Cantón El Zapote, jurisdicción de Nueva Trinidad, donde murieron 15 compañeros y compañeras, entre ellos el Jefe del Comité Zonal de Chalatenango, Comandante Jesús Rojas. 

La ofensiva del 89, dio un importante impulso al proceso de diálogo y negociación entre el FMLN y el gobierno, que culminó con los Acuerdos de Paz, firmados el 16 de enero de 1992, en la ciudad de México. Después de dichos acuerdos, Las FPL realizaron su Congreso final el 9 de diciembre de 1995, con el propósito de que sus militantes se integraran plenamente al FMLN para promover su democratización, renovación y unificación; para este fin acordó disolver las estructuras partidarias existentes.

IX.   Retos y desafíos pendientes.

Durante los años 86,87,88.89 y 90, sucedieron acontecimientos terribles en el Frente Paracentral José Roberto Sibrián, de las FPL, protagonizados por el Jefe del Frente, Mayo Sibrián, quien ejecutó una sistemática cacería de brujas que se extendió a la población civil de las comunidades de la zona, en busca de “Traidores e infiltrados”, y que devino en una matanza de más de mil compañeros y compañeras, acusados por la deformada y enfermiza visión de la práctica pseudo revolucionaria de Mayo, sin que la dirección de las FPL hicieran nada por frenar tan deplorable  actuación. Después de una obligada investigación, Mayo Sibrián, fue sometido a un juicio, que lo declaró culpable por los crímenes cometidos, por lo que fue ajusticiado. 

Remontándonos a 1983, mientras los revolucionarios salvadoreños asombraban al mundo con sus grandes victorias militares en los frentes de guerra y ponían en situación crítica a la dictadura militar con fachada civil; en el exterior, los políticos intrigaban y conspiraban para realizar un viraje estratégico en la lucha popular revolucionaria.

Las noticias del asesinato en Managua de la Comandante Ana María, y el cuestionable suicidio de Marcial en abril de 1983, fueron utilizados para apartar del camino al fundador, e iniciar un viraje en la Comisión Política de las FPL. 

Estos hechos lamentables requieren por sanidad histórica, sean aclarados plenamente, ya que dejaron una estela de dudas por la forma poco clara como fueron tratados; lo cual representa un desafío para la Justicia Salvadoreña.

En el 2001, A partir del escandaloso fraude de las elecciones internas, mediante el cual, la camarilla del Partido Comunista, junto a los cooptados de las FPL, principalmente Salvador Sánchez Cerén, Medardo González y Lorena Peña, asaltaron las estructuras del partido fmln, con el propósito de sustituir el proyecto revolucionario, por el que murieron miles de patriotas, por un proyecto de poder, donde los únicos beneficiados son los miembros de la camarilla encabezada por Ramiro Vásquez. Esto represento un viraje radical de visión de los principales niveles de dirección de las FPL, los cuales no eran ajenos al rumbo del  partido político fmln.

Es de reconocer y lamentar que al celebrar el 50 aniversario de las FPL, el partido fmln, que accedió al poder durante 10 años, desde donde pudo generar cambios estructurales importantes en favor de las grandes mayoría, no lo hizo, por tanto, las causas que originaron la histórica lucha de las FPL, aún siguen vigentes y el pueblo salvadoreño sigue padeciendo niveles escandalosos de pobreza. Es también lamentable, que muchos dirigentes históricos de las FPL fueron parte de la dirección máxima e intermedia del fmln, y por ende, parte de la descomposición político-ideológica que generan las mieles del poder, pues se olvidaron de la verdadera visión y misión de la lucha revolucionaria, y más bien, se sirvieron del proceso para fines personales y acumular riquezas económicas y poder. Es por ello que la deuda de cambios sigue vigente, con la esperanza que las nuevas generaciones de jóvenes retomen una nueva iniciativa de lucha revolucionaria, para devolverle la esperanza al pueblo. 

Como veteranas y veteranos de guerra del FMLN HISTORICO, repudiamos a todos los traidores que le robaron la esperanza al pueblo, y los sentenciamos al escarnio histórico con la seguridad de que el pueblo ¡NO LOS ABSOLVERA!

Junta Directiva Nacional de ASALVEG 



San Salvador, 1 de abril de 2020. 




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